La resonante victoria de Pablo Iglesias y su lista de candidatos en el Congreso de Podemos es considerada como un gran acontecimiento para millones de trabajadores y jóvenes en España y, por extensión, para la izquierda española y europea. Al mismo tiempo, representa una derrota para la clase dominante y las fuerzas oscuras de reacción, que se barricaron detrás de la postura derechista de Íñigo Errejón, con el vano deseo de dar un golpe desmoralizador contra todo lo que está vivo y es verdaderamente Progresistas en el país.

Pablo Iglesias obtuvo el 51% de los votos para su lista y cerca del 55% de sus tres documentos, lo político, lo ético y lo organizativo. Si sumamos el 13%, el 10% y el 11% logrados por los anticapitalistas actuales para su pizarra y sus documentos, respectivamente, lo que da un apoyo general a la izquierda del partido del 65% frente al 34% alcanzado por el derecho Ala representada por la corriente "errejonista".

El Podemos que surge de esta victoria es aquel que se basa en las aspiraciones de las familias obreras y de la juventud militante por un futuro de dignidad y justicia social que pretende utilizar las instituciones como altavoz para denunciar el falso carácter de la democracia burguesa y Subordinar la actividad parlamentaria y del consejo a la movilización masiva. Esta es la única manera de avanzar la conciencia política de millones de explotados y oprimidos, la única manera de arrebatar de la pasividad y la incertidumbre a las capas amplias y políticamente más atrasadas que necesitan pasar por más experiencias.

Las posiciones del ala de Errejón eran diametralmente opuestas. Ellos quieren basar al partido en la pequeña burguesía y las capas más atrasadas de la población, y evitar empujar estas capas hacia un proyecto de transformación social, para devolver la conciencia política alcanzada por los millones que ya han dado la espalda a los viejos , Destacando los prejuicios y las ideas reaccionarias de los estratos más conservadores de la población, llevando al partido a imitar cada vez más las posiciones ideológicas del PSOE y los Ciudadanos, llevándolo así a la decadencia. Ha sido precisamente esta política de jugar el avestruz, eliminando cualquier indicio de radicalismo en los últimos dos años -una política de medias medidas y medias verdades elaboradas por el sector errejonista dominante- que llevó a Podemos y Unidos Podemos Izquierda Unida y otras fuerzas] al estancamiento electoral el 26 de junio del año pasado.

Foto: José Camo Aunque no compartimos todos los análisis políticos y propuestas organizativas del ala Pablo Iglesias, que ya hemos discutido en anteriores análisis, insistimos en cuál es el aspecto esencial para nosotros y eso fue lo que nos llevó a darle importancia crítica Apoyo en este Congreso. Al apoyarse en el sector más dinámico de la clase obrera y de la juventud, el ala de Pablo Iglesias ha dejado la puerta abierta a ser influenciado por esta capa, a moverse en línea con el desarrollo de la lucha de clases hacia posiciones más nítidas y claras que desafían al Sistema capitalista abiertamente, ese mismo sistema capitalista que sólo ofrece dolor, sufrimiento, pobreza y barbarie en todas partes.

La histeria de los medios burgueses

Frontpages ScreenshotEn marcado contraste con el entusiasmo de la mayoría de los miembros de Podemos, los medios burgueses no han podido ocultar su sorpresa ante la abrumadora victoria del ala de Iglesias. Sin duda, al igual que el ala de Errejón, pensaron que Iglesias iba a ganar, pero en un margen mucho menor, con el ala de Errejón llegando un segundo cercano y dejando a los seguidores de Iglesias sin mayoría absoluta en el liderazgo, el Consejo Nacional de Ciudadanos. Esperaban poder desencadenar una campaña mediática para resaltar el declive del ala de Pablo Iglesias como resultado de su "radicalismo", al que esperaban oponerse a la moderación y carácter estadista del ala Errejón, buscando ampliar e instigar Luchando internamente para desmoralizar a los activistas, partidarios y votantes de Unidos Podemos. Sin embargo, una realidad muy diferente surgió del congreso de Vistalegre.

Como se esperaba, todas las portadas y análisis de los medios burgueses se abrieron el lunes siguiente con cintas negras de duelo, "Podemos radicaliza", "El principio de la purga [de los Errejonistas]", "línea dura impuesta". Un portavoz del Liderazgo Interino del PSOE, que dirige el partido en interés de la clase dominante, también intervino. En declaraciones al canal de radio Onda Cero, Mario Jiménez dijo: "El pablismo-leninismo ha ganado" e insistió, en caso de que hubiera Cualquier duda, que "el PSOE quiere dirigirse a los moderados para que puedan ayudarnos a impulsar un proyecto moderado en España".

Los medios burgueses y sus agentes en el PSOE entienden este debate interno en Podemos lo mismo que los marxistas: lo que estaba en juego era la domesticación o no de Podemos por el régimen y, por extensión, el de Unidos Podemos. El editorial del lunes en El País se vio obligado a admitir la amarga verdad:

"Esta derrota es también una derrota absoluta del actual número dos del partido y el portavoz parlamentario Inigo Errejón, quien ha intentado sin éxito convencer a los miembros de la necesidad de moderar el enfoque del partido y posicionarlo establemente dentro de las instituciones con el fin de Ganar credibilidad como fuerza gubernamental y ampliar la base electoral de apoyo en las próximas elecciones ".

Uno de los bolígrafos más destacados de El País, Rubén Amón, lo puso más claramente en su análisis el domingo. Además de desatar todo su odio y malevolencia contra Pablo Iglesias y las filas del partido, dijo:

"El espíritu de Izquierda Unida se ha apoderado de la esencia, pero representa un enorme límite electoral, los límites que Errejón aspiraba a superar mediante la normalización de la vida institucional y convencer a su pueblo de que el futuro de Podemos, si es que existe, está a la derecha de Podemos "[énfasis añadido].

La discusión previa al congreso

La gente de José CamoMany, incluyendo la mayoría de la base activista de Podemos, ha luchado para tener una idea clara del carácter de las diferencias políticas en la cima del partido, y para comprender el nivel de tensión alcanzado en el debate entre Las alas de Iglesias y Errejón. Eso tiene que ver en gran medida con la estructura obtusa y enrevesada y los métodos de organización del partido.

El procedimiento de congreso de Podemos, de apariencia muy democrática, plantea enormes dificultades para una verdadera participación democrática de las filas. Los documentos para la discusión debían estar disponibles por lo menos con dos meses de antelación y estar a disposición de los miembros, de modo que hubieran tenido tiempo suficiente para leerlos y discutirlos en las oficinas locales y en reuniones más amplias. Pero sólo se publicaron tres semanas antes del Congreso, haciendo imposible que decenas de miles de personas encuentren tiempo para leer y discutir cientos de páginas de documentos de cada una de las corrientes. Para empeorar las cosas, a los miembros no se les permitió presentar enmiendas a estos documentos. Además, cientos de contribuciones políticas y organizativas escritas por los miembros y respaldadas por las ramas apenas fueron publicadas, y finalmente fueron publicadas en la página web de la organización sólo una semana antes de la votación, con la circunstancia agravante de que los cinco votantes más votados El derecho a ser presentado y defendido en la Asamblea Nacional de Ciudadanos no era vinculante para la organización. Estos métodos, defendidos por las tres principales corrientes, expresan su deseo de controlar y dirigir a los miembros y así evitar que se escuche cualquier voz que no encaje con sus propuestas. Todavía hay mucho por hacer para que Podemos sea una organización plenamente democrática, y esta demanda será planteada, tarde o temprano, por los miles de miembros.

Y sin embargo, a pesar de todo, el grueso de los miembros podía percibir, quizás no los detalles finos, pero al menos los rasgos generales de lo que estaba en juego en esta Asamblea de Ciudadanos. La larga experiencia de 40 años de democracia burguesa en el país, décadas de traiciones y frustración de las expectativas de los dirigentes del PSOE y del Partido Comunista y de la UU no han pasado en vano. Había la sensación de que Inigo Errejón y su ala querían cambiar a Podemos a la derecha y empujar a Pablo Iglesias en una esquina. Iglesias sigue siendo visto por la mayor parte de las filas como el líder más carismático en Podemos y el que mejor expresa su deseo de transformar la sociedad.

Este sentimiento fue reforzado por el claro sesgo y simpatía hacia Errejón expresado por los medios burgueses, el mismo medio de comunicación que demoniza a Podemos y sus dirigentes, y son vistos con profunda desconfianza e incluso desprecio por millones de personas.

Asamblea Nacional de Ciudadanos

Foto: José CamoEl día crucial de la Asamblea de Ciudadanos en Vistalegre fue el sábado 11 de febrero. Miles de activistas y seguidores se agolpaban en las puertas del recinto, en los pasillos y en las gradas. El ambiente era sobrio, atento y tenso. Después de la llegada de los miembros del Consejo Nacional de Ciudadanos salientes (el cuerpo principal más alto de Podemos) comenzó aplausos y aplausos. Pero lo que rompió el hielo y puso su sello en el congreso fue cuando Pablo Iglesias subió al escenario. Fue recibido por un torrente de aplausos y miles de puños cerrados siguiendo el ritmo de los gritos de "Unidad, Unidad".

El grito trueno por la unidad fue un reflejo del nivel limitado de debate previo al congreso discutido anteriormente. En parte, es la conclusión lógica de una honesta y altamente movilizada capa de la base que no podía percibir diferencias políticas muy claras en la división que había tenido lugar en la parte superior, que se presentó como un choque personal por los medios de comunicación burgueses. Pero el llamado casi unánime a la unidad en Visatalegre fue también la expresión de un sano sentido de disciplina que se exigía de la dirección para preservar la organización y los esfuerzos y expectativas acumulados en tres años contra nuestros enemigos.

Más allá de esto, Pablo Iglesias y otros oradores de su corriente fueron los únicos que resaltaron las diferencias políticas con el ala Errejón (aunque sin nombrarlo). Los discursos de Errejón y sus partidarios, así como los de los anticapitalistas (Miguel Urbán y Teresa Rodríguez) en realidad tenían el carácter de un mitin. Criticaron a los opositores políticos de Podemos, pero evitaron mencionar las diferencias políticas agudas que se han abierto dentro de la organización. Teresa Rodríguez hizo referencia a algunas medidas programáticas propuestas por su corriente (auditando la deuda pública, creando un sector bancario público, defendiendo "un nuevo modelo productivo"), pero ni ella ni Miguel Urbán plantearon ninguna crítica al derecho -buenas ideas de Errejonismo. Sus discursos fueron elocuentes y combativos, pero hubieran caído igualmente bien en una campaña electoral y, por lo tanto, ayudaron a evitar el debate en un congreso plagado de diferencias políticas. El camarada Errejón, por su parte, cuando llegó el momento de la verdad frente a una audiencia de filas ordinarias, carecía de coraje para defender abiertamente las posiciones de su documento político que lo habían llevado al enfrentamiento con Pablo Iglesias.

Anticapitalistas

Lamentamos decir que la posición de la corriente anticapitalista fue particularmente demagógica e insincera, teniendo en cuenta que se consideran la corriente de izquierda más lejana en la organización. Aparecieron como campeones de la unidad, para ganar aplausos fáciles de la audiencia, y redujeron prácticamente las diferencias de Iglesias-Errejón a una lucha personal, ocultando el carácter políticamente pernicioso de las posiciones de Errejonismo.

Nuestra posición ante la Asamblea era que ambas corrientes, la de Pablo Iglesias y la de los anticapitalistas, debían haber tenido una pizarra conjunta -como lo hicieron en las elecciones internas de Podemos de Madrid tres meses antes- contra el adversario común de la derecha Como para no dividir el voto a la izquierda. Los anticapitalistas podrían haber mantenido sus documentos políticos y organizativos si hubieran deseado. Pero rechazaron el intento de tener una pizarra conjunta con Pablo Iglesias porque pensaban que obtendrían una mayor representación en el liderazgo de la organización al tener una pizarra separada - en la víspera de Vistalegre dijeron que esperaban conseguir entre 4 y 8 escaños En el Consejo Nacional de Ciudadanos - al final sólo obtuvieron dos.

Al negarse a luchar contra el errejonismo en el pre-congreso, e insinuando su complicidad en cuestiones de organización - dijeron que estaban más cerca de Errejón que Iglesias en ese punto - votar por ellos fue visto como un voto perdido por decenas de miles De activistas que temían una victoria de Errejón y la derrota de Pablo Iglesias. Por lo tanto, hubo un cierre de las filas alrededor de la pizarra de Iglesias y documentos para asegurar la derrota del ala de Errejón. Así, los anticapitalistas pagaron un cierto precio por su actitud oportunista.